8 de junio de 2015

José Ayuso

Fue durante alguna de las guerras civiles que ocuparon el reinado del Rey felón, Fernando VII, uno de los gobernantes mas ineptos de toda la historia de la humanidad, que además tenía cara de tonto. En alguna escaramuza del ejercito nacional en la ciudad de Alicante, una bala acabó con la vida del Teniente Ayuso, valeroso soldado que no sabemos si pertenecía a la familia propietaria en esas fechas del palacio de la calle Real donde vivió Mozo de Rosales y hoy es sede del Ceince.

A pesar de todas sus hazañas militares no tiene el pobre una mísera calle que lleve su nombre en el pueblo que lo vio nacer, donde maestros esforzados, medicos heroicos o caciques de renombre (los adjetivos pueden ser intercambiables) si que consiguieron hacerse sitio en el callejero. Al final no importa mucho que un Fuenmayor tenga una calle que siempre será la Carretera,  y al Cid, que ese si que dicen que era grande, tampoco nadie le ha dedicado calle alguna por ahora.

Asi, como sigue, le dedicaban una necrológica en el diario Constitucional de Barcelona, del 23 de septiembre de 1823, al valeroso teniente berlangués:


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